Viaje a Marruecos 1


Hemos decidido volar a Marrakech en lugar de ir en coche desde Alicante. Buena elección. Imaginamos que pueden surgir problemas de seguridad, de orientación , (no disponemos de un gps de la zona) y de daños en el coche. Cuando surge la idea de volar desde el mismo Alicante a Marrakech vemos el cielo abierto. Además creo que nos vamos a ahorrar un buen dinero.

El vuelo dura dos horas y media. Entre que te acomodas, te distraes con el ir y venir de las azafatas vendiendo sus productos, miras por la ventanilla tratando de adivinar por el perfil de la costa por donde vas, distingues una extensión de arena rojiza y deduces que ya sobrevuelas Marruecos, te dicen que estás llegando a Marrakech. Así de rápido se me pasa el viaje.

Hemos concertado con el riad Bleu Du Sud, que nos esté esperando alguien en el aeropuerto. Cuando recogemos la maleta, una tienda de cambio muy bien instalada en la misma recepción de equipajes nos hace pensar que no llevamos ni un dirham en el bolsillo, por lo que nos ponemos en cola para cambiar dinero. Pasa el tiempo y a la hora de salir no hay nadie esprando a los Rodriguez ni por asomo. Se ha hecho tarde y ha pasado cerca de hora y media desde la llegada del avión hasta que salimos al hall del aeropuerto.

Pues un taxi y al riad. Preguntamos por el precio del taxi , 150 dirham, es mucho (15 euros aproximadamente) y tras hablar con otros turistas y tratar de juntarnos para ir cuatro en el taxi, nos encontramos con que más de tres no es posible ir en ese tipo de taxi, así que al autobús que está al lado esperando sus primeros clientes. Luego piensas, cuando llegas de nuevo a casa lo rastrero y tacaño que se vuelve uno de repente. En España ni te planteas que 15 euros es caro para que te lleven desde el aeropuerto hasta tu hotel si además no conoces el lugar y barruntas que no va a ser nada fácil encontrarlo. Pero es que los turistas que tienes alrededor hacen lo mismo que tú, negocian contigo para ver si juntándote con ellos te puede salir más barato. ¡Cuando haces eso en Barajas! ¡Qué pensarán los marroquíes de esos turistas que llegan y tienen un comportamiento así! Sigamos con el relato de una pareja transformada por el ambiente.
Nota: luego te habituas y agarras taxis para todo.

Alli esta el chófer del autobús y otro marrakechí que vende entradas para el bus turístico, en una charla distendida y alegre, sin prisas, sin discusiones, ofreciendo su producto y aconsejando pero sin presionar. Llegan dos chicas catalanas con sus mochilas y nos ponemos a charlar del sexo de los ángeles, lo habitual, que de donde vienes, que cuanto tiempo, cuando vuelves. Simpáticas, alegres, jóvenes, la gloria.

Al rato arranca el bus, ya hemos comunicado nuestro destino al chófer que con el plano del autobús turístico nos indica aproximadamente dónde tenemos que bajar para llegar al riad. Nos para lejos para ir cargados con maletas y mochilas, pero ya se sabe que al empezar un viaje uno lleva energías para rato y todo es entusiasmo y determinación. Ora preguntamos a un militar que hace guardia a las puertas del palacio donde, cuando viene a Marrakech, se aloja el monarca Mohamed VI; ora se nos acerca otro militar que nos ve mirar el mapa después de recorrer la larga muralla del palacio; otrora un viandante; más allá un comerciante.

Poco a poco nos vamos acercando a nuestro destino fijándonos en todo lo que aparece ante nuestros ojos, las tiendas de especias, la forma de vestir, mujeres cubriéndose la cabeza y el rostro de diferente forma, la gran cantidad de gente caminando por las calles o sentados en las aceras esperando un autobús o simplemente descansando, los puestos ambulantes invadiendo la calle, la publicidad, los jardines, los edificios públicos, los minaretes de las mezquitas destacando sobre la línea del horizonte, el hamman y los que te dan propaganda para que entres a tomar un baño.

Llega un momento en que damos con un chaval, que nos jura y perjura que no le mueve ningún afán crematístico, que él esta a la caza y captura de los turistas que salen del antiguo palacio por el que acertamos a pasar, sólo nos va a indicar la dirección muy amablemente. Una vez indicada, nos sigue y nosotros le damos las gracias por ver si desiste en su seguimiento. Vueltas de cabeza hacia atrás para cruzar información visual con Helena y ella conmigo. Nada, que no se despega de nosotros el muchacho. Nos temíamos desde hacía rato que esto nos llegara a pasar. Como el zagal no es del barrio al que nosotros vamos, tiene que preguntar a sus coleguis que se cruzan en nuestro recorrido y ya no son dos ni tres los que nos acompañan y escoltan sino un pequeño enjambre de gente jóven.

Con la ayuda de la zagalería del lugar, empezamos a meternos por callejones estrechos, y a las preguntas angustiosas de Helena de si ese es el camino, ellos responden que a la vuelta de la esquina esta el riad, que ya estamos llegando, y nosotros totalmente entregados, arrastrámos revuelta tras revuelta nuestras pertenencias por callejones cada vez más estrechos y menos concurridos. Nunca nos hubieramos metido por ellos por iniciativa propia, tal vez preguntando a gente mayor hubiéramos llegado, pero nunca tan rápidos y tan directos como fuimos llevados por estos querubines churretosos. Al fin, tras una última revuelta allí lucen dos farolillos alumbrando la entrada de una casa. Mapa de Riad Zitoun Jdid Db Tbib n°46 Marrakech.

Sin apenas ventanas, los callejones para llegar al riad lo forman altos muros de dos o tres plantas a cada lado y muchos de ellos sin salida. El ancho no da para que pase un coche, así que a lo sumo alguna que otra motocicleta pedorretéa por ellos, arcadas en las que tienes que agachar la cabeza para no chocar, aquí un comercio en la entrada de una casa, o un atisbo de restaurante con el artilugio de las brasas en la calle achicharrando carne en un rinconcito de la parrilla, tal vez para atraer con su olor a los clientes.

La primera impresión que tenemos del riad es extraña, pues los chiquillos estan en la puerta pidiendo su propina, la mujer que nos atiende nos dice que si no hemos llamado diciendo que llegaríamos a las 20 horas, nosotros que no había nadie en el aeropuerto, todo en francés y Helena tratando de pillar alguna que otra palabra, hablando en inglés, los niños en la puerta insistiendo, un caos. Al final 20 dirham para todos, la despedida de los chavales, el no se preocupen que no pasa nada y les enseño sus habitaciones van calmando la situación y volvemos a entrar en el nirvana del viajero.

La habitación da al patio central de la casa, en la planta baja. El patio tiene una fuente sencilla en el centro con pétalos de rosa en el vaso superior y unas mesas cuadradas la bordean. Al fondo otras mesas bajas con sofás y sillas forman un recinto de descanso en lo que pudo haber sido otra habitación.Riad_Bleu_Du_Sud-Marrakech (fotos). Tres puertas magníficamente dibujadas dan al patio y tras cada una de ellas hay una habitación. Una última puerta en una esquina da acceso a la cocina del riad. Hay un piso superior con dos habitaciones más y con un corredor que da al patio. En el mismo sitio que en la planta baja otro espacio para el descanso con unos sofás y una fuente muy artísticamente iluminada. Más arriba, una terraza con mesas, tumbonas para tomar el sol y muchas plantas para dar una sensación de frescor.

La habitación es alargada, al fondo una cama de matrimonio con dos mesillas de noche dan el ancho total. Está separada por dos cortinas recogidas a los lados y le sigue un espacio que está ocupado por una mesita y un sofá frente a la puerta de entrada. El tabique que separa este recinto del baño contiene huecos a cada lado para colgar la ropa y dejar las maletas. El cuarto de baño tiene una bañera forrada de arcilla marrón que le da un aspecto muy rústico y agradable con una repisa en la que se encuentra un gel en un tarro decorado muy artísticamente. El labavo está forrado de teselas amarillas y las lámparas que iluminan el recinto son artesanales marroquies. Una ventana y un wc completan la habitación.

Nuestras ganas de empezar a disfrutar de Marrakech nos hacen salir tras colocar la ropa. Tememos no poder dar con el riad a la vuelta de nuestra visita y nos dan una tarjeta en recepción, pero nos tranquilizan diciéndonos que es fácil de encontrar. Una de las encargadas del riad nos acompaña hasta la calle principal que desemboca en la plaza Jemaa el F'na y nos empezamos a sorprender de la gran actividad que bulle en esa calle. Los niños que acaban de salir de la escuela compran su merienda en los puestos de pasteles y pestiños, las motos de 50 cc a toda velocidad sortean a los viandantes con una habilidad pasmosa, los carromatos tirados por burros o mulas cargados hasta los topes hacen que te pegues a las paredes para no ser arrollado, los comerciantes de cualquier tipo que están en las puertas de sus tiendas van a la caza de cliente y si eres turista más, te incitan a entrar en las tiendas de baratijas o babuchas. Carnicerías, agencias de viaje, alpargaterías, todo puerta con puerta, sin ninguna uniformidad, asimetría sin limpieza en las fachadas. Las puertas de un recinto abandonado en las que alguien ha metido una botella de plástico en la rendija que dejan las dos hojas, nos sirve de referencia para la vuelta. Un ensanche de la calle forma una plazoleta que ocupan unas mesas de un restaurante de comida típica marroquí, más adelante la calle se bifurca y en nada desembocas en la gran plaza con el café Francés a nuestra izquierda.

Ya empieza a anochecer y la luz de la plaza es una mezcla de los últimos destellos del día y las luces de los comercios que la bordean. Los puestos de zumos de naranja en fila y a montones, los restaurantes portátiles que acaban de montar y empiezan a recibir a los primeros clientes despiden una cantidad de luz desmesurada en comparación al resto de luces que forman esta pequeña galaxia. En la semioscuridad, y únicamente iluminados con las pocas farolas que hay en esa zona y por la luz de los comercios cercanos, corrillos de gente escuchando a los contadores de historias. Disfrazados algunos de payasos, otros con sus chaquetas de tejido grueso, de colores grisaceos y no necesariamente a la última moda de París ni tan siquiera relucientes como las de un dandy inglés, vociferan, gesticulan, interaccionan con los del corrillo y con los pobres turistas que se atreven a hacer una foto y que inmediatamente son abordados por uno de ellos solicitándo una propina. Instrumentos de música como timbales, laúdes y otros que son tañidos por arcos rústicos de crines de caballo completan el cuadro. Por espacio el que dejan los apretujados oyentes en un círculo estrecho.

Todavía quedan mujeres que tratan de pintarte con gena a la luz que reciben del entorno, encantadores de serpientes que ya no tañen su flauta y por tanto aquellas reposan enroscadas en el suelo en vez de estar erguidas, vendedores de tabaco cigarro a cigarro y todo esto perfumado con el olor que desprenden los restaurantes que no dejan de echar humo blanco iluminado por miles de focos.

En nuestro deambular por la plaza nos encontramos a las catalanas tomando caracoles como posesas y ofreciendonos probarlos. No aceptamos el ofrecimiento, no fuera que nos quitase el apetito de golpe y porrazo. Decían que estaban deliciosos. Me lo creo. ¿Es tan pequeño Marrakech para encontrarte con las catalanas ya?

Después de dar la vuelta a la plaza y ver todo esto y mucho más que no cabe en este escrito, decidimos cenar en uno de los cientos de restaurantes que por allí pululan. Como somos españoles, y ellos lo saben, nos abordan pero, por lo temprano de la hora, adivinan que todavía nosotros no nos vamos a sentar a cenar. Nos emplazan para que no olvidemos el número de su puesto. Uno que tiene facciones parecidas a Al Pacino y que trata de imitarlo, nos atrapa. Nos pide que lo recordemos y que cuando sea un poco más tarde y vayamos a cenar, nos pasemos por su puesto. Seguimos dando vueltas acosados simpáticamente por otros muchos chavales que tienen esa misión. Finalmente, en la segunda vuelta, damos con Al Pacino y nos sentamos en sus mesas corridas al aire libre, en taburetes corridos y nos aprestamos a pedir mirando de soslayo a los comensales que tenemos a nuestra izquierda. Tajin, ensalada de tomate, aceitunas, pan de pita y no se qué salsa regado con té marroqui y agua fresca para aplacar nuestro apetito.

Cansados, vamos dejando atrás la plaza, sin adentrarnos por las calles que confluyen en ella y que tienen tanta animación como ésta. Volvemos a buscar la calle por la que habíamos venido, localizamos los puntos claves que habíamos memorizado y damos sin tropiezos con el riad.

En esos momentos la calle ha cambiado por completo y no se parece en nada a lo que habíamos visto unas horas antes. Apenas algunos viandantes, una mujer sentada contra la pared con un niño dormido sobre una tela, en el suelo, pidiendo limosna. La mayoría, por no decir todos los comercios, cerrados. El bullicio se ha transformado en silencio. Ahora aprecias sin reparo la fisonomía de la calle, sus cierres, sus luces, sus letreros, su suelo inexplicablemente limpio. Es otra ciudad distinta, igual de fascinante.

Bologna Symposium 2011


Se celebra en Bologna del 25 de junio al 23 de junio del 2011 el Symposium de Prevención, resolución y reconciliación de conflictos internacionales.
En él se daran encuentro 80 brillantes estudiantes y técnicos con expertos en resolución de conflictos, negociadores de paz, altos cargos de organizaciones internacionales y personal de las fuerzas armadas de distintos paises.
El symposium se organiza en cooperación con la Johns Hopkins University Paul H Nitze School of Advanced International Studies (SAIS).
Durante cuatro semanas los estudiantes tendrán la oportunidad de aprender técnicas para resolver con eficacia conflictos violentos ya sean étnicos, sociales, políticos, religiosos o económicos.
El programa tratará de tender un puente entre los conocimientos teóricos y los prácticos brindando la oportunidad de aprender de gente que se encuentra trabajando directamente sobre el terreno incluyendo a premios Nóbel de la paz, directores del equipo de mediación de Naciones Unidad y los negociadores mas prestigiosos.
Cada charla de un experto se conjuga con un taller, juego o simulación para proporcionar al cuerpo estudiantil  una experiencia crucial de aprendizaje. Los estudiantes tambien tendrán la oportunidad al final de cada día de reunirse en grupos de 10 cada uno liderado por un miembro de los organizadores del programa para hablar de los temas del día.
Los estudiantes del symposium se gradúan con una firme comprensión de las tres clases de la mediación de conflictos, prevención , resolución y reconciliación así como habilidades prácticas para enfrentarse a conflictos violentos en cualquier circunstancia con confianza.

Bahrein es otra historia


Acabo de leer un artículo de Nick Turse, miembro del Radcliffe Institute de la Universidad de Harvard que titula "El lobby árabe: cómo el diminuto reino de Bahrein acongojó al presidente de los Estados Unidos".
En él, se trata de explicar cómo el Pentágono y las naciones que forman el Consejo de Cooperación del Golfo, están haciendo presión a la Casa Blanca para que mire para otro lado ante las manifestaciones en favor de la democracia que se están dando en Bahrein. Imagino que cuando empiecen a producirse manifestaciones en los otros cinco estados del Golfo, y las represiones por parte de estos estados sean violentas y acaben con un número cada vez mayor de muertos, Estados Unidos tendrá que hacer equilibrios en la cuerda floja para que no se le vea el plumero. La opinión pública internacional no va a entender en qué lado de la historia estaba Estados Unidos en esta ocasión, si en el correcto o el incorrecto.
Estados Unidos vende material armamentístico por valor de 70.000 millones de dólares este año y tiene comprometido más de 80.000 millones al año hasta el 2015 con los seis estados miembros del Consejo de Cooperación del Golfo ( Bahrein, Kuwait, Oman, Catar, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos)
Además Bahrein es sede de la V flota con sus 30 barcos entre los que se encuentran dos portaaviones.
¿Será eso determinante para que la frase de Obama "fue la fuerza moral de la no violencia, no el terrorismo, no asesinatos sin sentido, sino la no violencia, fuerza moral, que ha cambiado el curso de la historia hacia la justicia una vez más" tenga un significado distinto en Egipto que en Bahrein?
Los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo le dice a Estados Unidos que Irán puede beneficiarse si en  Bahrein se establece una democracia. Por otro lado, una delegación del rey de Bahrein, Hamad bin Isa al-Khalifa y sus aliados en Oriente Medio garantizó que, cuando llegara el turno a Bahrein, la Casa Blanca no apoyaría el "cambio de régimen" como en Egipto y Túnez, sino una estrategia de teóricas reformas futuras que ahora algunos diplomáticos llaman "alteración del régimen".
Si juntamos todo este cúmulo de información y la damos por correcta, junto con la que cita el Journal "Todo el mundo se dió cuenta que Bahrein era demasiado importante para perderlo" y que no se ha hecho nada al respecto del envío de tropas de Arabia Saudita para reprimir las protestas pacíficas, estamos ante un doble rasero de medir el apoyo a las manifestaciones en favor de la democracia en el norte de África y Oriente Medio.
De cualquier forma, no es lo mismo que esté amenazada toda la población de Bengasi de ser barrida por Gadhafi, que le pegen varios tiros en la cabeza a un grupo de manifestantes pacíficos y desarmados en la plaza de turno de Bahrein. Y sobre todo, si nos jugamos los cuartos y la pacífica ocupación de la V flota en tierras Bahreiníes.

¿Es realmente democracia lo que viene de las revueltas del mundo árabe?



¿Hacia dónde va a llevar todas las manifestaciones que están habiendo en el mundo árabe cuando éstas se acaben? ¿Hasta dónde se van a extender?

Las aspiraciones de aquellos que se manifiestan, las de aquellos que han encontrado la muerte sin esperarla y que no tenían más que ira, rabia y el convencimiento de que lo que tenían no iba a ningún lado y que había que manifestarse por conseguir algo distinto y mejor; o la de ese bahreiní que estrelló su coche con dos botellas de butano contra la puerta del cuartel para dejar de ver como caían muertos sus compatriotas mientras intentaban tomarlo, todas esas aspiraciones pueden llevar a crear unos gobiernos que nada tengan que ver con lo que ellos o nosotros, los del otro lado del mediterráneo imaginamos o deseamos.

Este estallido de manifestaciones, derrocamientos, inicios de guerra civil ha sido tan sorprendente para ellos como para nosotros. No puedo creer que el comerciante egipcio, el guía tunecino el trabajador libio o el administrativo europeo pudiera imaginar o predecir lo que está pasando. Todo se desata a velocidad de vértigo y no cabe otra alternativa que improvisar y tratar de acertar con la decisión adecuada. Tanto el que tiene que formar un gobierno provisional como el que tiene que tomar partido por uno u otro bando en Libia, el trabajador que decide quedarse o embarcarse en una peregrinación hacia la frontera, el tunecino que se embarca hacia Lampedusa o el somalí que no puede salir de casa por si lo confunden con un mercenario.

Las mentes en el mundo árabe están siendo espoleadas y las aspiraciones de unos y de otros se manifiestan en blogs, se discuten en infinitas conversaciones con los amigos y vecinos, saltan como rabias contenidas que tienen que materializarse en propuestas viables, en aspìraciones imposibles de mujeres dominadas, en juegos de niños a los que envuelve una algarabía y una alegría diferente en el seno de sus familias. Todo tiene un tinte distinto.

Occidente sabe que tiene que apoyar la democratización de los países árabes. Pese a sus miedos. Miedos a los integristas; a los Hermanos Musulmanes; a los antisionistas; a Bin Laden; al terrorismo; a la inmigración; al aumento del precio del petroleo y del gas; a la inestabilidad política; a la sharia.

La democracia que surja en Túnez no va a tener mucho que ver con la que nazca en Egipto. Si pensamos en Libia, Barhein o Yemen podemos imaginar que en nada van a parecerse sus sistema en el futuro, aunque todos hayan saltado por el mismo denominador común de deseo de libertad, de sacudirse el yugo del tirano, del dictador, por la libertad de expresión y manifestación, por el pluralismo político, por el deseo de obtener trabajo, prosperidad económica, democracia.

Muy distintas van a parecer a nuestro ojos, los de occidente, estas democracias incipientes. Aun así, hay que apoyarlas. En nada se parecen las democracias que disfrutamos hoy en día a aquellas que tuvimos hace décadas y nos horrorizaría pensar en volver a tener los derechos de los trabajadores de la era industrial, o el sistema de clases de la época isabelina por poner ejemplos. Démosle tiempo al tiempo y no aborrezcamos a las nonatas democracias árabes.

La democracia en Libia




Lluís Bassets en su magnífico artículo de El País El espejo libio,nos plantea que "es en Libia donde se miran no los ciudadanos sino sus opresores, los mandatarios que temen la propagación de la revuelta hasta sus propios países."
Pero eso a mi entender es un mal menor. Será lo que tenga que ser. Caerá el régimen del opresor o seguirá un tiempo hasta que caiga en la próxima revuelta, dure esta en llegar un mes, un año o cuarenta. Lo que importa es lo que se vaya a crear a partir de una hipotética revolución victoriosa.
¿Qué ideas políticas hay en Libia en estos momentos capaces de aglutinar a una masa crítica de gente para formar partidos? ¿Existe diversidad política en un pueblo arrasado y lobotomizado ideológicamente? ¿Se corre el riesgo de iranización del país, de chavización, de fundamentalización, por parte de gente agazapada y oportunista aprovechando el ánsia democrática del pueblo? ¿Como reaccionaría Europa, EUA, China, Rusia, el mundo ante un fundamentalismo a ultranza que nadie quiere imaginar?
La población es en gran parte analfabeta. Los jóvenes con estudios no tienen trabajo, el precio de los alimentos no deja de crecer por los desastres climáticos en países como China o Rusia, Australia o Paquistán, la economía hace agua en occidente y Europa y Estados Unidos están en el filo de la navaja en el que el menor descuido hace que la situación termine en un desastre.
Pintan bastos y, o se ayuda decididamente a estos países a definir sus ansiadas democracias, y se aceptan con sus peculiaridades y sus defectos a los ojos de occidente o el riesgo de encontrarnos con una avalancha de problemas bajando en tromba por la montaña no nos lo evita nadie.

Los refugiados y los que intentan serlo



Qué duda cabe que uno de los primeros problemas que se originan cuando una revolución o una guerra se declara, son los refugiados.

En estas que estamos viviendo, las del norte de África, por ahora no había dado tiempo de generar grandes problemas. Desde Tunez han salido en un primer contingente varios miles de persona a las costas italianas más cercanas. Ha sido el primer aviso. Ha hecho que las autoridades italianas se pusieran en alerta por una posible llegada masiva de gente huyendo de la quema.

De la revolución en Egipto, los medios no nos han ilustrado con noticias de refugiados, o por lo menos a gran escala.

Pero en Libia la cosa cambia. El proceso no ha sido similar al de Tunez o Egipto y la población se ha dividido en dos, los seguidores del régimen y los rebeldes. Y aquí la cosa se complica. El pueblo, asustado ante la inseguridad que conlleva el hostigamiento a un régimen como el de Muammar el Gaddafi, prefiere no arriesgar y trata de escapar a la posibilidad de morir a manos de unos o de otros. Si, porque en este caso los otros, los rebeldes no distinguen entre buenos y malos y por si acaso, todos son malos.

Están llegando noticias por los medios, sobre gente de Chad, Nigeria, Congo, de algunos países asiáticos, y en general de la franja subsahariana, que son confundidos con mercenarios o que en realidad son mercenarios contratados por Gaddafi. Y peor si eres negro. Caos total.

El problema ya no solo está en las fronteras, a un lado y a otro, está también dentro del país. La gente extranjera de color que no es mercenaria en Libia tiene que refugiarse en sus casas o en donde puedan para no ser perseguidos por unos y por otros.

De prolongarse demasiado la resistencia de Gaddafi a dejar el poder, se puede generar un grave problema de supervivencia en los tres frentes creados de refugiados; los que ya han pasado la frontera pero no son evacuados a otros lugares donde poder obtener una repatriación o un pedazo de pan; los que no han conseguido pasar la frontera por múltiples causas como es no tener documentación, dinero, suerte o vete a saber qué y que tampoco van a conseguir ni pan ni repatriación; y los que están escondidos dentro del país por no tener un color adecuado, por ser objeto de sospecha o porque no hay nadie que se ocupe de sus problemas. Estos dos últimos grupos son los que intentan ser refugiados y no lo consiguen.

No me gustaría que otras naciones entraran a intentar resolver los problemas de Libia y sería conveniente para todos que fuesen ellos mismos quienes resolvieran la situación lo antes posible. Pero es urgente dar salida entre otros, al creciente problema de los refugiados, tortura lenta sobre los más débiles y si no se soluciona pronto, es muy probable que otras naciones en su afán humanitario,entren en el país. Todo se complicaría todavía más.

Gaddafi el de la tribu Gaddafa


Muammar, el de la tribu Gaddafa, cerca de Sirte su ciudad natal. ¡Cuanto sabemos ahora de Gaddafi! Ahora todos hacemos política de altos vuelos. Hasta los que nunca hicieron política, ahora la hacen. Deciden que Gaddafi sobra. Ahora sabemos que deben quitar al dictador. La prensa, la radio y la televisión nos bombardea sin remisión, sin perdón, como dicen que Gaddafi bombardea a los suyos. Ahora todos sabemos que tortura a su pueblo, que es un iluminado absurdo, que lo de Gaddafi no va a ningún lado como dice Zapatero en el emirato de turno.

Y antes también lo sabíamos. Que si Lockerbie, que si su libro verde al estilo libro rojo de Mao, que si viaja con un haren …que era un iluminado, también lo sabíamos.

Pero ahora que el pueblo se alza contra el dictador es cuando la comunidad internacional reacciona. Es ahora que empiezan a morir más gente de lo políticamente correcto cuando Estados Unidos pide exclusión aérea, la UE bloquea sus cuentas, el Reino Unido propone el envío de ayuda, España se suma y dice….

¿Y antes? ¿Es que no se sabía que morían en las cárceles de Muammar cualquiera que no estuviera de acuerdo con su forma de ver la vida?

Estoy de acuerdo en todas las medidas que conduzcan a la derogación del régimen de Gaddafi, pero siento que en occidente, nuestros gobernantes no lo hacen correctamente. Lo que están haciendo ahora lo tenían que haber hecho mucho antes dada la avalancha de pruebas que se tenía.

Pero tiene petroleo y gas y si quiero que mis empresas se instalen allí o que me vendan a buen precio…

La denuncia por parte de los estados, el bombardeo mediático informando de estas aberraciones tendría que haberse dado hace mucho tiempo. Y la reacción también.

Quedan muchos regímenes que abusan de sus ciudadanos. ¿Hay que esperar que huela a muerte para limpiar?