Reflejo




Reflejo

Tatin de manzana




El otro día me dió por hacer una tarta Tatín, pues hace unos días buscando el otros blogs, tropecé con uno muy majo de cocina, me entró la vena cocinilla y me lancé al ruedo.
Además, no solo hay que hacer un buen plato, no, la cosa no queda ahí, tienes que hacer una foto del plato que será juzgada por tus lectores. Suerte que yo tengo pocos y los juicios van a ser benévolos.
El caso es que quedé contento. Además estaba rica. Las fotos no son para tirar cohetes y eso que hice varias y a la hora de elegir, he elegido esta que no me dice demasiado. Tengo mucho que aprender tanto en la cocina como en la fotografía.
La receta es fácil:
masa quebrada que cuando cubras el pastel deberás de hacerle un hueco en el centro para que salga el vapor y untar con mantequilla para que se endurezca un poco;
pelar y cortar la manzana en gajos de dedo y medio, pasarla por la sartén con un poco de mantequilla y azucar hasta que tomen color,(en otro caso no quedará luego muy vistosa),
hacer un poco de puré de manzana con la rayadura de un limón, para rellenar los huecos que queden cuando coloques los trozos de manzana sobre el papel parafinado;
si tienes un poco de vainilla que habrás puesto a hervir con un poco de agua y azucar se lo echas a la mezcla, (sino no pasa nada, un poco menos de sabor);
calentar el horno a 200º y cuando esté meter la tarta 10 minutos;
volver a programar el horno a 120º y tenerlo 20 minutos;
desmoldar y decorar.

Paseo por las estrellas




Estamos dentro de una caja negra llena de lucernarias y de espejos.
Pasamos un rato estupendo navegando por este mar de estrellas.
Galería de Nueva York 30/05/2009, Belén, Maite y Joaquín

La tecnología que me imagino




Este post lo escribo desde el iPod.
Esto no ha hecho mas que empezar, estamos en la prehistoria de la informática y mi mente disfruta imaginando hasta donde va a llegar esta historia.
Dejando volar la imaginación barrunto que no nos hará falta teclear las letras para escribir lo que pensamos y que únicamente tendremos que imaginarlo y desearlo y será plasmado en nuestro post, incluso con un corrector de estilo que previamente habremos definido, y que hará que el escrito nos recuerde la forma de escribir de Unamuno o Juan Ramón Jiménez, por poner un ejemplo.
Nuestra maquina dispondrá de un chip biónico que conectará con el implante que tendremos en el occipital o vete a saber donde y que continuamente podrá ser actualizado a voluntad cuando lleguemos a casa o conectemos con nuestro agente laboral virtual para transmitirle una nueva idea que incorporar a la base de ideas personales de mi departamento que es por lo que me paga mi empresa. Lo que hagan las máquinas con esas ideas es problema de los superprogramadores. Yo les proporciono mis ideas, la materia prima.
Si por poner otro ejemplo, tengo un dilema en una conversación con mi hijo, una pantalla que aparecerá de la nada, por arte de birli birloque, me mostrará esquemáticamente las posibles alternativas, sus posibles y muy probables consecuencias que, a bien seguro se darán, me dará opción a ver situaciones similares de otras personas y cómo han solucionado el dilema, todo ello con intuitivas pantallas que se irán desplegando a medida que mi hijo y yo vayamos eligiendo la que más nos guste a los dos e incluso, no faltaba mas, dejándonos innovar e introduciendo la solución personal que elijamos, mostrándonos las consecuencias probables, las indicaciones apropiadas y todo tipo de ayuda para que el problema planteado tenga la mejor solución posible.
A continuación, incorporará todas las variables introducidas a la gigantesca base de datos del operador de turno para retroalimentar el sistema.
Imagino que esto ya se hace, no se cómo ni a que escala, pero es posible, si no seguro, que se están desarrollando las aplicaciones para vendérnoslo pronto, no vaya a ser que alguien se nos adelante y nos quite parte del mercado.
He escrito un post desde mi Ipod por primera vez, y evidentemente no soy el primero en hacerlo. Nadie me había dicho que lo podía hacer, pero intuitivamente he entrado en el App Store y me he bajado el WordPress o el Blogspot o el Periquito Tacatun, et voila, me incorporo a una marea de gente, de internautas o blogueros intuitivos y le gasto el producto a alguien que pensó hace nada que me lo podría vender u ofrecer y lo inventó.
Y mientras tanto, yo aquí, dándole a la tecla de mi iPod, letra a letra, sin caer en la cuenta que esto que estoy haciendo no lo podía haber hecho hace escasamente unos meses, a lo mejor algún que otro año, para que no duden los más escépticos.
Tal vez ya llego tarde y si no me actualizo me convierto en un paleto informático, me salgo de la corriente principal y me quedo como agua estancada en cualquier rincón, sin fuerza, sin utilidad y no se que más.

Qué bonito o qué desesperación o qué vértigo de tecnología. Me viene a la mente el nombre de Fernando Alonso y me digo que en esto deben de haber fernandos alonsos de la tecnología por todas partes y yo con estos pelos.

Renacer de la clase política en Egipto



Vuelvo a escribir sobre Egipto. Apenas unas horas después de mi anterior post, ese mismo día, se resolvió el conflicto y Hosni Mubarak abandonó el poder. ¡Qué gran noticia!

Ahora empieza a todas luces, una etapa de transición tutelada por el ejército. La expectativa de mucha gente es que este periodo no dure demasiado. El ejército así lo ha prometido. La tarea es inmensa para la clase política egipcia. Hay que construir desde la nada, hay que crear. Me viene a la mente el periodo inmediato a la muerte de Franco. Y pienso en el pueblo egipcio con la alegría de haberse deshecho del dictador y el estupor ante su analfabetismo político a causa de 30 años de represión. Mucha gente, un porcentaje muy elevado de la población tiene menos de 30 años, es decir, que han nacido en el tiempo del faraón Mubarak y si ampliamos el tiempo de Sadat, en el que el pueblo egipcio tampoco es que tuviera una estructura de partidos y una prensa con libertad de expresión modélica, nos encontramos con una población que ha sido carne de cañón toda su vida.

Por contra, internet, la web 2.0, todo este nuevo mundo que se abrió a los ojos y los oidos de todos, ha hecho que la juventud conciba el mundo de una forma totalmente diferente, y por el momento, es el pueblo árabe quien está utilizando esta forma de ver el mundo para sacudirse el yugo del dictador de turno. Pero eso no da cultura política a mi entender.

La tarea es árdua y el tiempo breve.

La suerte en esta ocasión es que la ilusión de la juventud es inmensa; que la esperanza del resto del mundo de que cambien muchas cosas para bien (habría que definir qué cosas y qué es para bien) es enorme; que el pueblo egipcio ha demostrado que sabe aguantar ante la adversidad y ahora que acaba de abrir esta gran puerta que le deja ver un mundo nuevo, un panorama menos negro, un mundo de esperanza, no va a dejar que todo se venga nuevamente abajo y que le deje sumido treinta años más en la ignominia.

Mi esperanza desde aquí, es que se organicen de forma plural, con gente que aporte ideas nuevas, ingeniosas, que consigan llevar a su pueblo por la senda del progreso, de la libertad, que en el diálogo se sea respetuoso con las ideas de los otros y les lleve a crear las nuevas instituciones democráticas, que en definitiva sean cada vez más felices.

El faraón y su pueblo



Ayer por la noche, como muchos en el mundo, sentado en el sofá miraba con intriga la pantalla del televisor.

Parecía que el Rais, el faraón, Hosni Mubarak, iba a dar por fin un mensaje sensato y tranquilizador a las masas congregadas en la plaza de la Liberación y en montones de plazas de todo Egipto, que a buen seguro estaban expectactes por saber si EL DÍA había llegado y la alegría podía desbordarse a raudales por las calles, las casas, las cárceles, las sedes de los incipientes partidos políticos reprimidos, los internautas, los militares, que están con la espada de Damocles sobre sus cabezas y no saben si en un momento determinado van a recibir una orden que no van a querer obedecer.

Todo se vino abajo de golpe. Cuando empecé a oir a la traductora, me pareció que estaba llorando. En un principio pensé que era de alegría por la buena nueva. Pero más adelante empecé a comprobar por lo que estaba oyendo que el faraón continuaba queriendo liderar a un país al que había ofrecido 60 años de su vida, 30 de ellos o más como faraón.

Este señor no ve el telediario. O este señor no tiene buenos consejeros. O este señor se cree omnipotente.

Yo no quiero oir que han muerto 300 más o 1.000 más o 10.000 más porque este señor no vea el telediario.

El mundo árabe me infunde respeto. No concibo que el Corán sea el equivalente a nuestro Derecho Romano en cuestión de leyes y que no se desarrollen esas leyes si no es con la mirada puesta en el libro sagrado. No concibo la no separación de estado y religión, mi entorno dejó atrás hace mucho tiempo esas guerras y es lógico que mi mente no conciba determinadas posturas. No concibo que la mujer no tenga más equiparación con el hombre.

Pero entiendo que todas estas cosas y más evolucionen ordenadamente, dando lugar a gobiernos no necesariamente iguales o parecidos a los de occidente, sino con una idiosincrasia que aporte diversidad y riqueza de ideas.

Pero desde luego, a partir del 25 de enero, al mundo árabe lo respeto por el coraje que ha tenido de levantar la voz y de hacerlo hasta ahora de forma pacífica.

Deseo de corazón que los dirigentes, los políticos, aquellos que tienen la misión de hacer que los pueblos avancen por los mejores caminos que los lleven al progreso, a la seguridad, al pleno empleo, al salario digno, a la felicidad, sean lo suficientemente listos para ver, para oir y para sentir el latir de sus pueblos y que no se escuden en el poder, en el dinero que no es suyo, en las prebendas, en la omnipotencia.