EN LA HOSTERIA LAS TORRES Y LAS AVENTURAS PATAGONICAS







En la hosteria Las Torres y las aventuras patagonicas
Date: Thu, 1 Nov 2007 18:56:21 +0000

Bueno, como bien sabéis, llegamos a la Hostería Las Torres recomendable de todas todas. Ayer hicimos una excursión con el coche hasta el lago Grey. Ese era el final de la ruta, pero por el camino el paisaje es indescriptible. Juan ha oído que es uno de los parques nacionales más bonitos de todo América y le hemos creído a pies juntillas. Cuando no te encuentras con un grupo de guanacos apacentando o corriendo de forma grácil como solo ellos saben hacer te encuentras con patos o con parejas de caiquenes que son diferentes el macho y la hembra, uno es blanco y el otro marrón. La hembra debe ser la marrón para camuflarse cuando empolla los huevos. Los canquen son pájaros con el pecho colorado y también los hemos observado desde muy cerca. Pero los animales más numerosos y tranquilos son los guanacos, que pacen en grupos muy numerosos, como de 20 ó 30 individuos y no se asustan fácilmente. Hoy hemos oído mamá y yo como suenan, tal vez para avisar que había gente extraña bajándose de un coche rojo para hacer fotografías a la manada. Ha sido increíble descubrir que eran ellos avisándose.

Bien, eso en lo referente a los animales, perdón, también encontramos por este parque liebres patagónicas. Los árboles son muy diferentes y hay muchísimos completamente secos, que da un poco de pena pero que también dan un aspecto muy diferente a otros lugares que he visitado. En las estancias se ven álamos para resguardarse del viento. Hablando de viento, que locura. Dicen los del lugar que nunca habían visto soplar como sopló anoche. Ahora desde donde os estoy escribiendo que es un salón con muchas mesas y completamente acristalado, con un tejado en w y con vistas a las Torres del Paine, los álamos de rigor y el césped estoy viendo también a un operario del hotel subido a una escalera roja reparando el tejado. Ha sido brutal como soplaba. Yo también es la vez que más fuerte he visto soplar el viento. Y siguiendo hablando de viento, que ha sido uno de los grandes protagonistas de la excursión de ayer, os informo que el coche que hemos alquilado lleva como luneta trasera unos cartones, unos plásticos y mucha cinta para pegar toda esa maraña de elementos pues una ráfaga de viento y piedra rompió brutalmente la luneta.

Mamá se llenó el pelo de cristales y Juan y yo como posesos grabando y tirando fotos. En un momento todo se volvió caótico dentro del coche. Risas, nervios, pero todo bien. Eso fue al final de la excursión con lo que dentro del susto, pudimos disfrutar de un día soleado y despejado como también dicen los del lugar que no suele darse. Un dicho de aquí es que en una hora puedes tener las cuatro estaciones y les creo. A las once, a las quince y a las dieciocho horas cambia el tiempo según nos han dicho los gauchitos de la estancia. Los gauchitos son gente con cara muy amable, bajitos y delgados y los que hay aquí, en el hotel, se ocupan de los caballos para las excursiones y son todos jóvenes y vestidos con trajes muy bonitos. Estoy escuchando a Larralde y me suenan todas las canciones de mi juventud pues era uno de los autores que más me gustaban.

Las panorámicas de las montañas son fantásticas, a cada curva, encuentras un motivo para fotografiar y si no vas con tiempo, seguro que no llegas de tanto parar. La carretera es de ripio, piedra, tierra y poco más, cuando sopla el viento todo eso se levanta y ocupa el espacio por donde tienes tu que pasar y entramos en conflicto. Pero ese mismo viento provoca que las lagunas se encrespen y surjan las olas blancas sobre fondo negro, o sobre fondo turquesa o sobre fondo azul intenso y agradeces que sople con fuerza. Cuando llegamos al lago Grey, nos bajamos Juan y yo porque mamá estaba un poco cansada y prefirió quedarse en el coche, pero en cuanto vimos el panorama que se nos presentó delante convinimos que Juan fuera a buscarla pues el camino hasta ese lugar era fácil. Yo continué. Lo que se veía era una playa inmensa de un lago y al fondo el glaciar. Al final de la playa estaban varados un grupo de diez o doce icebergs y allí que me fui con un viento que en mitad de la playa te hacía andar con dificultad pero que no te impedía avanzar para ver los témpanos de hielo anclados en la playa. Como era tarde pues teníamos que llegar al hotel a las 6 y media para los masajes tuve que volver a toda prisa y preocupado pues no vi a Juan en ningún momento por la playa. Sobre un puente colgante de esos de las películas estaban los dos, madre e hijo con la cámara en ristre para registrar mi llegada. Yo les ataqué con la mía y todo quedo en tablas. Con más rapidez que a la ida, fuimos camino del hotel y a mitad de camino fue cuando lo de la luna del coche.

El masaje espectacular, sauna, masaje de una hora y un jacuzi de postre. Salí dando tumbos como un borracho pero en la cafetería del hotel, mientras luchaba por llegar me encontré con dos conocidos tomando cerveza y allí que me junté con ellos para aplacar mi mareo. Ni ganas de cenar.

El día de hoy ya os lo contaré cuando acabe, pero os adelanto que Juan ha cumplido su sueño y mamá y yo hemos hecho una excursión muy bonita con cascadas y vistas geniales. Ya os cuento.

Esther, feliz cumpleaños, yo no he podido ir pero los tres te llevamos en el corazón. Que pases un día muy feliz, y cuando estemos los tres juntos miraremos muy fijamente a una de estas montañas y nos acordaremos de ti para ver si te llega una vibración intensa. Si te llega, que sepas que somos nosotros.

Besitos a todos y sobre todo a mi amor, mi niña Maite que no le he podido escribir un e-mail personal, pero que no desfallezca, que todo se andará.
Chao