PRIMERA CRÓNICA DESDE BOSTON. 21 DE MAYO 2009


Hola a todos de nuevo desde América del Norte.
Maite y yo llegamos el jueves desde España en un vuelo estupendo salvo al final en el que el avión se movió un poco como si fuese una batidora y nosotros los ingredientes, Maite cerró los ojos y todo pasó. La gente pasados unos segundos del aterrizaje aplaudió tímidamente como queriendo transmitir al comandante que dábamos las gracias por estar vivos.

El avión era de esos de ocho asientos por línea y nosotros estábamos al final del mismo lo que nos dio la oportunidad de intimar un poco con la azafata que muy amable nos dijo que un poco más delante había un par de asientos vacíos y que podíamos cambiarnos. Decidimos seguir en aquel sitio y hacer migas con el alemán que nos tocó al lado. Al final en la cola de entrada a América, la actual Isla de Hellis, nos dirigió una sonrisa o gesto de reconocimiento y eso fue y será todo lo que obtengamos de ocho horas de convivencia.

Belén nos estaba esperando con su amiga Maria Carla, en el aeropuerto de Logan en Boston. Saludos, abrazos rompe gafas de sol, -son estupendos- y taxi para Cambridge, el lugar donde esta nuestro primer anfitrión de Servas.

Stephen, que así se llama, estaba en el portal de su casa, tomando una cervecita junto a su novia china. Charlamos y nos hicimos unas fotos y luego nos subió a su casa a la que se llegaba tras subir unas escaleras tremendamente empinadas. La casa, decorada con guitarras de todo tipo y otros instrumentos de música y cuadros hechos con diversos materiales es muy acogedora. Nuestra cama es un colchón en el suelo entre un sofá y un sillón orejero del salón de su casa. Arriba esta su alcoba y la cocina y el baño abajo donde nosotros dormimos.

El lugar está rodeado de casas de madera individuales, muy agradables, con su jardín asilvestrado en la mayoría de las ocasiones. Nos fuimos caminando por la calle Magazines hasta encontrar la avenida de Massachussets que daba a la zona de Harvard. Por el camino nos encontramos con el ayuntamiento, muchos cafés, tiendas agradables y edificios que nos llamaron la atención por lo variado de estilos y la solidez en la construcción. Y poco a poco sin darnos cuenta nos fuimos acercando a la residencia de Belén, Pennypacker.

La iglesia que se ve desde su ventana y que tantas veces nos había mostrado desde el skype estaba junto a nosotros, las entrañas de su residencia se dejaban al descubierto y subimos los tres pisos que dan acceso a su cuarto. Allí estaban sus compañeras de cuarto, o de lo que sea pues el suelo estaba tapizado por todo tipo de enseres, ropas variadas, objetos in identificados, las camas llenas de más de toda esa mezcla heterogénea y lo que fuera una residencia envidiable, ahora no tenía nada que envidiar al mas perdido de los inframundos. Pero la alegría del encuentro, la efusividad de Abby, la elegancia de Kailyn y la timidez de Keara fue muy emocionante pues ponía cuerpo a todas esas horas de skype que habíamos mantenido con Belén.

Nos fuimos a cenar con Lorenzzo, el novio de Belén a una pizzería, pues estábamos muy cansados y no nos apetecía ir hasta Boston al restaurante que Belén había pensado para nuestra primera cena en América. Unos antipasto italianos, unas buenas pizzas y buena cerveza hicieron muy agradable la velada, con un buen castellano de Lorenzzo, la sonrisa de Belén y nuestra satisfacción de verlos felices y contentos. Lorenzzo se iba al día siguiente para la Republica Dominicana donde estaba invitado a pasar unos dias en casa de un amigo de la "elite", como lo definió él cuando le pregunté si era un dominicano de a pie el que le alojaba.

Tras la cena los dejamos perderse por las calles bulliciosas de Harvard en esa noche de jueves y nosotros nos dirigimos al taxi que nos llevaría a casa de nuestro Servas. Subida por las escaleras empinadas y muy despacito para no hacer ruido, reposar nuestros cansados huesos sobre ese colchón que nos supo a cama con dosel en el mejor de los palacios del mundo, tal era nuestro cansancio a las cuatro de la madrugad hora española.

Bueno, eso ha sido todo en la primera crónica desde América. Seguiré informando.



Joaquín